Por Tabaco VIP

Me llamo Tabaco VIP. Y no soy humo. Soy hoja.

Antes de que me enciendas, antes de que me piques, antes de que me conviertas en consumo…
soy verde. Vivo. Amplia.
Me muevo al ritmo del viento en campos que no conoces.
Me arrancan con manos curtidas, me cuelgan al sol, me secan la memoria.

Cuando me buscas como hoja tabaco, piensas que soy natural, puro, casi noble.
Y sí, lo soy. Pero no soy inocente.

Estoy llena de nervios, como tú.
De cicatrices que no se ven.
Me pliego en sacos, me apilan en galpones, y espero…
Espero a que alguien como tú diga:
—Quiero tabaco del bueno.
—Quiero tabaco natural.
—Quiero tabaco online, pero del que no pasa por máquinas.

Y entonces llego.
En crudo.
Con aroma a tierra y nostalgia.
Soy la hoja que se transforma en mil formas: en cigarros liados, en mezclas artesanales, en rituales heredados.

Pero dime algo, sinceramente:
¿De verdad me conoces?
¿Sabes lo que dejo cuando paso por tu garganta?
¿O solo ves la estética rústica, la idea de control, el romanticismo de “hacerlo tú mismo”?

La hoja tabaco no es solo materia prima.
Es historia enrollada. Es dependencia vestida de tradición.
Es belleza que, cuando se quema, no siempre huele bien.

Gracias por elegirme en crudo.
Gracias por querer lo artesanal.
Pero recuerda: aunque no venga en cajetilla…
sigo entrando por los mismos pulmones.

Firmado,
Tabaco VIP
(la hoja que no grita… pero deja marca)